miércoles, 28 de enero de 2009

Desalojo, dólares y basura

Contrastes. La humilde vida de la villa 31 frente a la opulencia y derroche de la clase opresora


Por Ezequiel Alvarez

La realidad late en cada pasillo de las decenas de asentamientos porteños. Es una realidad donde se estanca la vida diaria de miles de personas, donde faltan los servicios básicos, sobra la inseguridad y el miedo al desalojo. Gracias a los años de corrupción e inoperancia política, las soluciones son más propensas a defender los negocios sotto voce que los intereses de los afectados.



El conflicto habitacional que sufre la Ciudad de Buenos Aires es en parte consecuencia de las políticas del gobierno porteño, que sólo se limita a desalojar o proponer alternativas que no llegan a abarcar las necesidades de los vecinos afectados. Al mismo tiempo, se genera un interés por parte del sector de la construcción, sobre terrenos fiscales altamente cotizados donde se emplazan algunos asentamientos. Buscando cambiar la palabra urbanización por erradicación.



Entonces para comprender esta problemática, es necesario tener en cuenta dos elementos, el histórico y socioeconómico. Los asentamientos en Capital Federal datan de fines de siglo XIX, pero toman fuerza a partir de 1930. Por medio de las migraciones internas y externas, fueron multiplicándose en los grandes centros urbanos, en especial en la Ciudad de Buenos Aires. En su momento, gracias a la demanda de mano de obra para los sectores industriales, y posteriormente, durante el auge de las políticas neoliberales, miles de inmigrantes de países vecinos fueron atraídos por al tipo de cambio peso - dólar. Al llegar, en mucho de los casos, el único lugar donde podían intentar edificar sus viviendas era en terrenos abandonados o villas ya asentadas.



Luego de las políticas de saqueo implementadas durante la última dictadura militar y los gobiernos democráticos de turno, la crisis económica profundizó aún más el crecimiento del índice de personas bajo la línea de pobreza y se estima que actualmente crece el 10 por ciento anual. Al mismo tiempo, se generó en la opinión pública una relación entre en narcotráfico, el delito y las villas. Es decir, el único responsable del crecimiento de esta problemática es el Estado, quien no supo encontrar medidas preventivas ni una solución efectiva en cada momento para ponerle coto a la situación.



Por estos motivos, los habitantes involucrados poseen un fuerte sentido de pertenencia en las tierras que viven y en mucho de los casos se sienten excluidos socialmente por la discriminación. De este modo, no se los puede echar por no encajar en un proyecto urbano, sino que se debe adecuar dicha iniciativa en torno a la necesidad de la población afectada, buscando una integración total. Este reclamo si se lleva a la práctica en otros asentamientos ubicados en terrenos que no despiertan el interés de los sectores inmobiliarios, como el Barrio Pirelli y la villa 1/11/14, en donde se están construyendo nuevos complejos de viviendas.



Sucede todo lo contrario en la villa 31/ 31 bis de Retiro, transformada en el botín de guerra de la Capital Federal. El asentamiento, que se encuentra separado por la autopista Illia, nació a mediados de los años 40, mediante una iniciativa del gobierno nacional, quien cedió terrenos baldíos a grupos de trabajadores italianos. Luego de 60 años, y con más de 25 mil familias en una extensión de 15 hectáreas, se encuentra edificada sobre una mina de oro, donde el metro cuadrado está tasado en más de seis mil dólares. Cifra que engendra el fantasma del desalojo en cada pasillo y rincón de la pequeña ciudad de ladrillos a la vista. A pesar de que los propios vecinos de la villa 31/31 bis hayan presentado su propio proyecto de urbanización, con el asesoramiento de la Facultad de Ingeniería.



Ni lerda ni perezosa, la gestión Macri ya comenzó las tratativas para llevar adelante el Plan Retiro 2010, a cargo de la Corporación Puerto Madero, que incluye un nuevo centro comercial subterráneo, hoteles cinco estrellas, torres, otra estación de ómnibus y una nueva red ferroviaria en el espacio que hoy ocupa la villa. Encarando la iniciativa desde una perspectiva que no busca la inclusión social y geográfica de estos sectores más pobres y que sepulta cualquier esperanza de una urbanización. Pero seria erróneo responsabilizar únicamente a la actual gestión, cuando la idea ya ha sido caballo de batalla recurrente en las elecciones porteñas y las voces a favor han sido varias.



Pero no sólo el desalojo es partener de las tierras de alto valor inmobiliario. Desde el IVC no surgen planes de urbanización ni respuesta alguna para los asentamientos edificados sobre terrenos privados, como el barrio El Pueblito, emplazado en barrio de Nueva Pompeya al costado del Puente Valentín Alsina. En ese terreno, donde funcionó hasta 1998 un playón de la empresa de colectivos El Trébol S.R.L, desde el 2001 se comenzaron a levantar más de 50 viviendas de material, junto a varias casillas de chapa y madera, ubicadas a menos de un metro del Riachuelo, uno de los ríos mas contaminados del mundo. Las cloacas son el río, las garrafas abundan, sólo unos pocos tiene agua corriente y un precario tendido eléctrico zigzaguea entre las casas. La suerte de sus habitantes, al igual que la de miles de otros porteños en su misma situación, se encuentra supeditada a la decisión de la justicia.



A este panorama de intereses y falta de políticas que aborden la totalidad de las problemáticas habitacionales de la Ciudad, se le suma la condición insalubre en la que habitan los vecinos de los asentamientos, en especial los que se encuentran en la rivera del Riachuelo, donde abundan los basurales a cielo abierto y los desechos industriales. Debido a las deficiencias en el vertido de aguas servidas, las infecciones se proliferan, y en muchos casos las cifras son preocupantes. Según un estudio multidisciplinario realizado por científicos de la UBA, más del 80 por ciento de los chicos de la villa 21-24 de Barracas tiene parásitos.



“En 15 años permitieron que se construya el futuro de la gente de la villa 21-24 sobre la basura”, denunció el juez Contencioso Administrativo y Tributario Roberto Gallardo, en referencia a la falta de políticas habitacionales de las últimas gestiones porteñas. Es obligación del actual gobierno de Macri y sucesores, que dentro de 15 años esta frase no se vuelva a repetir, utilizando como arma las soluciones de los déficits habitacionales y no callando a los sectores humildes mediante su erradicación.


Fuentes:

· Los más pobres en tierras muy caras, Diario Pagina 12, Lunes 30 de Julio de 2007
·
Tiene parásitos más del 80% de los chicos de la Villa 21/24, Diario La Nación, Lunes 4 de diciembre de 2006
· Intiman al Estado a urbanizar una villa de Barracas,
http://www.perfil.com/contenidos/2007/09/07/noticia_0063.html
· Los vecinos de las villas 31 y 31 bis presentan su propio proyecto de urbanización
http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0272/articulo.php?art=8150&ed=0272
· El negocio de la miseria http://radiopasillo.wordpress.com/2007/08/25/el-negocio-de-la-miseria/
· http://www.buenosaires.gov.ar/areas/ivc/?menu_id=23535
· Entrevista con funcionarios del IVC y vecinos del Barrio El Pueblito