viernes, 12 de septiembre de 2008

Cívicos independentistas de Tarija : “Queremos guerra civil”

El fascismo dice presente en Bolivia
La Epoca 12-09-2008
Luego de enfrentar una derrota a manos de campesinos, gremiales y estudiantes, el dirigente cívico, Nelson Valdez, desquita su ira amenazando con la balcanización de Bolivia y una guerra civil para la cual, según el, los cívicos están listos y deseosos.
Una demostración de valor y dignidad ayer en Tarija cuando cívicos y empleados de la prefectura trataron de tomar, por la violencia, las instalaciones de la Radio Patria Nueva, la sede de la Federación Departamental Única de Campesinos (FDUC) y el mercado local, pero se encontraron con la resistencia de mujeres, gremiales y campesinos que lograron evitar la ocupación de dichas instituciones.
Armados con palos, piedras, cócteles molotov y armas blancas, más de un centenar de cívicos y trabajadores de la prefectura, apoyados por miembros de la Unión Juvenil Cruceñista, iniciaron una jornada de enfrentamiento con la policía y los militares con la toma y saqueo de instituciones publicas.
La iracunda horda se comenzó dirigiéndose hacia la Aduana donde después de saquear las oficinas de la institución se apoderó de un bus y una vagoneta que luego fueron incendiados en la calle, la toma luego se extendió hasta el aeropuerto "Oriel Lea Plaza" y posteriormente un enfrentamiento con los policías y militares quienes al final tuvieron que replegarse debido a la creciente intensidad de los ataques por parte de los manifestantes.
Luego de replegada la policía la turba se dirigió hacia la sede de la Federación Departamental Única de Campesinos, la Radio Patria Nueva y el mercado local que se encontraba cerca de estas dos instituciones, sin embargo, el avance de los cívicos se vio detenido por una creciente multitud conformada por mujeres, gremiales y campesinos que estaban dispuestos a ofrecer resistencia.
La violencia se desató casi inmediatamente y en la lucha resultaron heridas mas de 49 personas de ambos lados, entre quemados y apedreados, al frente de los gremiales y campesinos se encontraba la presidenta del Comité Cívico Popular, Marina Hoyos, quien exhortaba a sus compañeras a no abandonar la lucha, "No se vayan compañeras, tenemos que resistir, vengan luchemos para defender nuestras pertenencias", como lo registró la agencia de noticias ABI.
A pesar de tener que resistir las violentas arremetidas de los cívicos que lanzaban cócteles molotov y cacharros de dinamita la resistencia fue intensa y a ella se sumaron estudiantes universitarios, el Comité Cívico Popular y unidades de la Policía Departamental que lograron evitar la toma y saqueo de las instituciones.
Cívicos, "queremos guerra civil"
Durante la jornada del miércoles el dirigente cívico, Nelson Valdez, declaró a los medios que si no se reconocía el carácter autonómico del departamento de Tarija este podría separarse del país y aseguró que los cívicos están listos para una guerra civil.
Luego del frustrado intento de toma de los medios de comunicación estatales y las instalaciones del FDUC gracias a la resistencia entregada por mujeres, campesinos, estudiantes y gremiales, Valdez exigió la salida del Ejército y la Policía del departamento al calificarlos como "un sindicato del MAS" y aseguró que no habría ningún inconveniente en disparar contra las fuerzas del orden.
Valdez expresó también que ellos (los cívicos) habían sido subestimados por el gobierno y que estaban listos para una guerra civil, para ello pidió al gobierno que retire a la Policía y al Ejercito de modo que el enfrentamiento se de solamente entre civiles.
"Queremos guerra civil y van a tener guerra civil", exclamó el dirigente cívico y luego recordó que Tarija había pasado a ser parte del territorio boliviano por decisión de su pueblo y que si el gobierno no aceptaba al departamento chaqueño como autónomo este se vería obligado a "revisar" y "revocar" su anexión al país.
Luego declaró a Tarija como "libre, soberano e independiente" y calificó a los hechos de violencia y racismo como un desborde social organizado para defender la soberanía del departamento.

La "democracia" que pregona la derecha boliviana

Crece la violencia oligárquica en Bolivia: 10 muertos. Qué buscan

La escalada de violencia es promovida por los sectores fascistas y pro-yankees.


Agencias / La Haine

Evo expulsa al embajador yanqui y el régimen de EE.UU. responde con la misma
medida. Chávez dice "Váyanse al carajo, yanquis de mierda" cuando anuncia
también la expulsión del embajador yanqui. En el fondo de la revuelta
fascista están los millones de has. de tierras indígenas malhabidas

Las protestas organizadas por la oligarquía terrateniente contra Morales
derivaron ayer en violentos choques que dejaron 10 muertos en el municipio
norteño de El Porvenir, a 35 kilómetros de Cobija, la capital del
departamento opositor de Pando.

Los grupos "civiles" parapoliciales enviados a El Porvenir estaban armados
con rifles calibre 22 y revólveres de diferente tipo. La policía, como hace
siempre que la que ataca es la derecha, "intentó intervenir, pero se vio
obligada a replegarse". Un ingeniero de la Prefectura de Pando, un concejal
de la localidad de El Porvenir, dos campesinos y otras seis personas que no
habían sido identificadas murieron en los choques, que dejaron además 30
heridos.

Tras la ocupación y el saqueo de oficinas públicas y la toma de tres
aeropuertos en los últimos días, los fascistas tomaron ayer varias
instalaciones gasíferas y provocaron una importante restricción de las
exportaciones del fluido, la principal fuente de divisas de Bolivia.

La petrolera Transierra había cortado temprano el envío de 14 millones de
metros cúbicos de gas a Brasil (la mitad del total adquirido por ese país)
tras el cierre de la válvula en el municipio de Machareti, a 70 kilómetros
de la frontera con Paraguay. Tras siete horas de interrupción, informó que
había reanudado los envíos de gas.

Grupos fascistas también obligaron a técnicos de Transierra a cerrar una
válvula que envía gas natural a la Argentina desde la planta de Pocitos,
cerca de la frontera. Al mediodía, la petrolera estatal local YPFB informó
que había suspendido los despachos de gas a la Argentina a causa de la toma
de una estación fronteriza del gasoducto por manifestantes.

Cinco de los nueve departamentos del país (Beni, Pando, Tarija, Santa Cruz y
Chuquisaca) se han declarado en pie de guerra contra el gobierno, en teoría
para exigir la devolución de un impuesto a los hidrocarburos creado
recientemente por Morales. En realidad, se oponen a la Constitución
socialista e indigenista (ver más abajo).

En cuatro de estos cinco departamentos, los fascistas han aprobado estatutos
autonómicos de corte neoliberal para obstaculizar la aprobación de la
Constitución de Morales.

"Váyanse al carajo, yanquis de mierda"

El presidente Chávez le dio 72 horas a Patrick Duddy para salir del país,
luego de que Bolivia y E.U. expulsaron mutuamente a sus embajadores, Philip
Goldberg y Gustavo Guzmán.

Así, lo que comenzó con una crisis interna de Bolivia, por la rebelión de
las regiones autonomistas contra el presidente Evo Morales, con choque entre
opositores y oficialistas y que había dejado ya ocho muertos en medio de
tomas de aeropuertos, de instalaciones de hidrocarburos, y explosiones de
oleoductos, tomó anoche ribetes internacionales.

"A partir de este momento tiene 72 horas el embajador yanqui en Caracas para
salir de Venezuela, en solidaridad con Bolivia (...) y mandé por nuestro
embajador", indicó el mandatario. "Váyanse al carajo, yanquis de mierda
(...) Ya basta de tanta mierda de ustedes, yanquis de mierda", agregó Chávez
en un acto de apoyo al candidato de su partido para las elecciones
regionales de noviembre, celebrado en Puerto Cabello, 120 km al oeste de la
capital.

Además, amenazó con suspender el suministro de petróleo a Estados Unidos, su
principal cliente, si Washington arremete contra su gobierno: "Hago
responsable por el envío petrolero de Venezuela (al gobierno de) aquel país,
si viniera alguna agresión hacia Venezuela. No habrá petróleo para el pueblo
de E.U.".

"Señor canciller Maduro, mande por nuestro embajador antes de que lo echen
de allá. Que regrese a la patria", ordenó el presidente venezolano.

Qué buscan los oligarcas

Como en casi todas las confrontaciones políticas contemporáneas en Bolivia,
la disputa por la tierra es el catalizador de la violenta revuelta
separatista que estalló en Santa Cruz.

Los pueblos indígenas y campesinos reclaman la devolución de territorios
despojados a sus ancestros, y la burguesía terrateniente cruceña defiende
sus latifundios mal habidos activando un golpe cívico prefectural en Santa
Cruz, el departamento más extenso y desarrollado de Bolivia.

Luego de tres siglos de sistemático despojo del territorio indígena durante
la colonia y la República, la reforma agraria de 1953 entregó a un sector
minoritario las tierras más ricas que quedaban en la región amazónica y
chaqueña, a veces a costa de las comunidades indígenas y campesinas, y sin
el mínimo sentido de proporción y equidad.

Desde 1953 hasta 2002 el Estado distribuyó aproximadamente 35,9 millones de
hectáreas de tierra en el departamento de Santa Cruz entre 144.162
beneficiarios, estima el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA).

Más de 54 mil pequeños propietarios que representan el 38 por ciento de los
beneficiarios obtuvieron 2,2 millones de hectáreas, es decir el 6,3% de la
tierra distribuida. Un poco más de 22 mil medianos empresarios (15,3 por
ciento de los beneficiarios) recibieron más de 7,3 millones de hectáreas
(20,5% de la superficie). Alrededor de 31 mil personas (22% de los
beneficiarios) consolidaron derechos colectivos sobre 6,2 millones de
hectáreas de tierras comunitarias de origen-TCO (17,4% de la superficie).

Y finalmente, en la inequitativa repartija, 11.140 grandes empresarios
agropecuarios, que representan el 7,7 por ciento de los beneficiarios, se
apropiaron de casi 19 millones de hectáreas, es decir el 52,6% de la tierra
cruceña distribuida en 50 años.

En este último grupo de privilegiados, sólo 860 dueños de predios de más de
5 mil hectáreas de extensión concentran la propiedad de 8,7 millones de
hectáreas. Los cuatro más ricos entre los ricos son dueños de latifundios de
más de 50 mil hectáreas. Estos cuatro potentados ostentan en conjunto
802.878 hectáreas de tierra en el departamento de Santa Cruz.

Latifundio y servidumbre

La "escandalosa" concentración de la tierra provocó conflictos que dañan las
bases de la convivencia civil y es caldo de cultivo de regímenes de opresión
y explotación laboral semi feudales que se creía superados por la
"modernidad". La servidumbre indígena, una lacra con profundas raíces
históricas, aún no ha sido erradicada al comenzar el Siglo XXI.

Centenares de familias guaraníes son sometidas a jornadas de trabajo forzoso
de hasta 15 horas diarias en algunas haciendas en las provincias Cordillera,
Luis Calvo, Hernando Siles, O'Connor y Gran Chaco de los departamentos de
Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija.

Esta gente no goza de derechos laborales elementales y trabaja en una
condición de servidumbre por deudas análoga a la esclavitud, confirman
decenas de informes y estudios. Los patrones definen las condiciones y
duración de la jornada de trabajo de sus pongos, las modalidades de pago, el
registro de deudas, la forma de administración de los anticipos y la
frecuencia de los "arreglos".

Los cautivos analfabetos, que desconocen sus derechos y no tienen forma de
controlar las cuentas, pierden su libertad y son obligados a trabajar de por
vida e inclusive a heredar deudas a sus hijos.

Este tipo de explotación servidumbral está presente en otras zonas rurales
del departamento de Santa Cruz como la Chiquitanía.

Los indígenas chiquitanos comenzaron a ser sometidos a trabajos forzosos en
los últimos dos decenios del siglo XIX en el auge de la explotación gomera,
y en los años 30 del Siglo XX durante la construcción del ferrocarril a
Puerto Suárez. Algunos huyeron del "empatronamiento" y fundaron en el monte
comunidades como Lomerío y Monte Verde, pero no todos se salvaron del
cautiverio y de la "esclavitud por deudas".

La reforma agraria de 1953 liberó a algunas poblaciones explotadas, pero se
mantuvieron las estructuras agrarias pre modernas, luego consolidadas por el
gobierno neoliberal y terrateniente de Gonzalo Sánchez de Lozada
(1994-1997).

Al comenzar el siglo XXI aún pueden verse en el área rural de Santa Cruz
sistemas semi feudales y actores que pugnan por mantener estructuras "no muy
modernas", con la mirada puesta en los recursos naturales como el hierro o
las mismas tierras, observa el antropólogo Bernd Fischermann, que estudia
desde hace décadas los sistemas de acceso y tenencia de la tierra en la
región chiquitana. (Chiquitanos y la propiedad comunal de la tierra, PIEB,
http://www.pieb.com.bo/nota.php?idn=3068).

"Confiscación de la propiedad privada"

El 8 de marzo de 2008, la Cámara Agropecuaria de Oriente, la Prefectura y el
Comité Cívico de Santa Cruz, junto con autoridades municipales y hacendados
de la provincia Cordillera conformaron "comités de defensa" de las haciendas
del Chaco. El 14 de mayo, la Confederación de Ganaderos de Bolivia
(Congabol) y otros gremios patronales crearon un Comité Interinstitucional
para evitar la "confiscación de la propiedad privada productiva" y el
reparto "político" de tierras, es decir la titulación de las tierras
comunitarias de origen (TCO) guaraní en Alto Parapetí.

Ahora las elites cruceñas imponen a palos un estatuto autonómico que otorga
exclusivas competencias legislativas y ejecutivas sobre la tierra a un
gobierno cruceño tan autónomo como una republiqueta independiente, y cuyo
principal mandato es proteger la gran propiedad privada de la tierra de los
terratenientes que encabezan el movimiento cívico prefectural de Santa Cruz.

El líder cívico Branco Marinkovic, enjuiciado por apropiación ilícita de más
de 27 mil hectáreas de tierras fiscales e indígenas, impone un régimen
autonómico fascista que niega a comunidades indígenas despojadas su derecho
a la tierra; que viola varios tratados internacionales suscritos por el
Estado boliviano y que mantiene las relaciones laborales esclavistas en
haciendas mal habidas.

No es una prioridad para la "república autonómica" cruceña corregir la
desmedida concentración de tierras en pocas manos sino suspender la
titulación de nuevos territorios indígenas.

El prefecto Rubén Costas y el cívico Branco Marinkovic dicen que la tierra
de Santa Cruz pertenece exclusivamente a los cruceños, pero les niegan una
TCO a los guaraníes del Chaco, los primeros cruceños.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Obama, más de lo mismo en Afganistan

Obama escuchando al General Petraeus
por Marc W. Herold

A finales de 2006, Anthony Cordesman, intelectual afecto al Departamento de Defensa de Estados Unidos, además de hincha entusiastade las bombas de precisión, anticipó una serie de propuestas que supuestamente debían favorecer la victoria estadounidense en Afganistán. En esencia se trataba de incrementar la cantidad de ayuda militar y económica; que los fondos se gestionaran desde el exterior; que se ejecutaran proyectos como carreteras, suministro de agua y, en menor medida, escuelas y servicios médicos; que aumentaran su implicación en Afganistán estados como Francia, Alemania, Italia y España o incluso Estonia y otros. Propuestas, por tanto, que no suponían ninguna novedad, pues ya en tiempos de la guerra de Vietnam el clamor oficial era pedir más ayuda para vietnamizar la lucha. Dos años después, el candidato Barack Obama parece sugerir lo mismo con una sola diferencia: reconoce que los aliados de EEUU en laOTAN no van a facilitar muchas más tropas de combate, por lo que planteala rotación de tres divisiones o sacar unos 10.000 efectivos de Irak para llevarlos a Afganistán.

Examinando el discurso del candidato Obama –ofrecido el 14 de julio de 2008– vemos elementos en relación a Afganistán, siempre bajo la consigna de “hacer de Norteamérica un lugar más seguro”. La anunciada estrategia se compone de cinco elementos: acabar “de un modo responsable” con la guerra de Irak, terminar con la guerra contra talibanes y Al Qaeda, apartar a terroristas y estados canallas de las armas nucleares y tecnologías relacionadas, conquistar la seguridad energética, y reconstruir las alianzas para el siglo XXI. En otras palabras, Obama está empeñado en “terminar con la guerra contra talibanes y Al Qaeda”, que bien podría traducirse como la guerra contra el “extremismo islamista”.

Así pues, hace falta concentrar más recursos en Afganistán, porque es una guerra que “debemos ganar”.El candidato Obama se suma, así, a la solución del Pentágono –derrotar a los talibanes y a Al Qaeda– sin reparar en las causas del auge de dichos actores o en la complejidad de la sociedad tribal en la frontera afgano-pakistaní. Más importante aún, ignora que la resistencia afgana se nutre sin cesar de las víctimas de los actuales bombardeos, asaltos nocturnos a aldeas, secuestros de sospechosos o allanamientos de casas y espacios reservados a las mujeres. El candidato Obama, incluso fracasa a la hora de comprender el viejo axioma de la estrategia guerrillera: la guerrilla gana si no pierde. Para la guerrilla, no se trata de ganar batallas campales sino de mantener la lucha. Los talibanes y sus socios no tienen ningún problema al respecto: disponen de combatientes pastunes a ambos lados de la frontera y cuentan con mecenas en los estados del Golfo Pérsico(y por doquier).


El candidato Obama aboga por una política de intensificación y sigue los pasos del embajador de Gordon Brown en Kabul, que amenaza con “permanecer en Afganistán durante 30 años”. ¿30 años para qué? ¿Paramantener en el poder a un corrupto e impopular régimen títere fortificado en Kabul? No. Más bien, como bien dice Simon Jenkins, para mantener a la OTAN viva en Europa.

Más alarmante es que el candidato Obama (y antes que él, otros como George W. Bush) confunda a los talibanes con Al Qaeda, cuando de hecho comparten muy poco y no se miran mutuamente con gran estima. Los talibanes y Al Qaeda representan dos entidades bien diferenciadas: los primeros son un fenómeno étnico y nacional, que intenta convocar sobretodo a los afganos pastunes. Son sólo una parte de la dispersa resistencia contra la ocupación de EEUU y la OTAN. En cambio, Al Qaeda es una organización no estatal y sin territorio, creada para llevar acabo una violenta yihad donde quiera que sea contra quienes acusa de ser enemigos del Islam. De ser un grupo espacialmente localizado en Afganistán durante la era de los talibanes, Al Qaeda se ha transformadoen una entente transnacional de grupos militantes unidos por la guerra santa. Pero para el candidato Obama existe un solo y simple enemigo indefinido: la unión de Al Qaeda y los talibanes, que será aplastada con más brigadas de soldados ocupantes y más aeronaves en los cielos, y con los prometidos mil millones de dólares anuales para ayuda no militar.

En definitiva, el candidato Obama no promete nada que no exista ya: más conflicto prolongado de baja intensidad, sembrado de infinita muerte y destrucción. Si la escalada militar estadounidense de los últimos dos años sirve para indicar algo, la mayor intensidad propuesta por Obama sencillamente conduce a más muertes civiles, un campo sembrado de más aldeas arrasadas, más artefactos explosivos improvisados y más ataques suicidas, todo acompañado de más ataques conapoyo aéreo, igualmente mortales.

El candidato Obama, sus asesores de la era Clinton y, lamentablemente, mucha más gente no logran identificar un conjunto de limitaciones interconectadas que se podrían llamar los cinco no pueden: EEUU y la OTAN no pueden mandar 400.000 efectivos de combate para ocupar todo Afganistán al completo; EEUU y la OTAN no pueden imponer un gobierno central con poder en Afganistán; EEUU y la OTAN no pueden neutralizar las muy efectivas armas de bajo coste empleadas por la resistencia; EEUU y la OTAN no pueden sellar la frontera con Pakistán y eliminar así el santuario, tan vital en una guerra de guerrillas; y por último, el Gobierno pakistaní no puede ni nunca ha podido dominar las zonas tribales fronterizas y no hay motivo para creer que eso vaya a ser distinto.Los candidatos Obama y McCain prometen más de la misma carnicería, aunque, eso sí, presentada como un cambio.


Marc W. Herold es Profesor de Desarrollo Económico en la
Univ. de New Hampshire (EEUU)
Gentileza Resumen Latinoamericano